Aceptar lo que vales y lo que mereces también.
Pero es algo que va ligado, que cuando te empiezas a valorar por lo que de verdad eres, todo empieza a ir mejor. Porque todo no es un cuerpo bonito, sino comportarte como eres, mostrando tu personalidad.
Pero añado que es complicado porque para mi no hay día más feliz que ir a una fiesta y que ahí se encuentre, después de meses sin verle. Nadie me hace más rabiar que él cuando se va a hablarle a alguna chica y se gira a buscarme. Con esa actitud de prepotente que pensé que nunca me gustaría. Y no me gusta.
Y al fin y al cabo perdiendo también se gana, ya que hay que entender que lo que para mi es alguien especial, para el es alguien más.