Los baños del
festival están sucios
La bebida es
demasiado cara
Mañana tengo que
hacer un trabajo
Debería estudiar
más inglés
¿Me compro este u
otro coche?
Es lo que tiene
vivir en la abundancia
Vivir en la
opulencia nos hace olvidar lo que tenemos
Y olvidar lo
que no tienen muchas personas en Ghana, India, África o Brasil
El principal
problema del primer mundo es la inconsciencia
El quejarnos por
banalidades
Cubrir las
necesidades básicas y después centrarnos en el crecimiento personal y la
autorealización,
Nos volvemos
egoístas y ególatras,
Porque la
justicia cuando tus necesidades básicas están cubiertas pierde el sentido
Y justicia es que
los baños estén limpios
Que la bebida sea
accesible
Tener más tiempo
para no tener que sucumbir al coste de oportunidad
Que me pueda
comprar el coche que deseo (el que poder y el marketing me han inculcado)
Pero, ¿no es
acaso justo contribuir a la mejora de la vida de personas en
riesgo?
¿No es justo que
el mundo experimente un crecimiento sostenible?
¿Es justo
sinónimo de imposible, irreal y ficticio?
Y más ahora
Y más en estos
países desarrollados
Con patrocinios,
con industria,
Con cultura, con
conocimientos
¿Es erudito
sinónimo de justo? ¿Es la cultura directamente proporcional a la justicia?
El tiempo que se
le dedica al desarrollo de conocimientos técnicos debería ser proporcional al
de habilidades humanistas
Vivimos
en la riqueza mientras en el mundo sigue existiendo hambre
Es un sinsentido
que continuemos devorando alimentos, devorando libros, y que culturizarnos
no vaya ligado a tomar conciencia
Al final parece
que si está en los libros es justo; es irreal, imposible y ficticio
Hay obesidad
mientras hay inanición
Mala actitud
mientras tenemos vida
Inmuebles
disponibles, gente en la calle
Miedo por perder
trabajos, estancamiento y conformismo
Odio al
diferente, cuando todos lo somos
Tristeza por
quien no nos recuerda, aversión por quien no quiere recordar las atrocidades
que le ha tocado vivir
Debatir es
infame, desamparar a quien no tiene las mismas ideas y valores está a la orden
del día
Nada
nuevo ha quedado aquí plasmado. Y tal vez ello sea el problema del
primer mundo: que conozcamos estas ideas, que incluso comulguemos con ellas,
pero que nada hagamos por cambiar el statu quo; porque al final el sistema nos abraza con tanta intensidad que nos impide discernir la realidad de la fantasía inculcada.
Martina Romá