Lo prohibido es incomparable a lo sencillo.
Esperar unos meses para verte, entretenernos con conversaciones cada noche, cada día.
Imaginar cómo sería lo imposible.
Viajar en los recuerdos de lo que ha sido y pensar si volverá a ser de nuevo.
O si por el contrario, la valentía quedará escondida tras la comodidad.
Nunca entenderé a quien elige lo fácil, lo correcto, lo roto. A quien elige por los demás.
Pero lo peor es comprender que ser infeliz es a menudo una decisión propia; conformistas en su zona de confort. Aquellos con abnegación como moralidad: sacrificio personal en detrimento de su persona.
Lo prohibido en ocasiones es lo valiente, es lo que te da vida cuando te abdicas en vivir lo que limitadamente se espera de ti.