14.12.17

LUZ




La desprendes con tu mirada, con tus acciones, con tus preguntas.
La intensidad puede que tenga que ver con el calendario lunar y con el solsticio de verano.
En cierto modo, desconozco si es directa o indirectamente proporcional a la percepción o si es un sesgo de mi realidad.
Pero sé que cada persona que conoces te aporta más, te ilumina. Y lo destacable en ti es que siempre tienes claro tus preferencias y la prioridad que le das a lo que más te importa. 
¿Sabes? Mientras sigas invirtiendo el tiempo en aportar valor a los que te rodean, el tuyo estará generando un valor incalculable, intangible.
Por tu SER, sé con certeza que mereces algo que te aporte tanto como lo haces tú. 
Así que muestra tu faceta más sensible y profunda, tu mente es tan curiosa y volátil que por una parte evidencias esa curiosidad intelectual, con tus ganas de adquirir conocimientos y mostrar lo aprendido en el trayecto, y por otra pareces apreciar la vida desde una vertiente espiritual.
Veo en ti luz, pues en esta aventura de conocer a un alma pudimos deshacernos de alguna venda que habitaba en nuestros ojos, constatando que el ego cuando más lo alimentas más se crece, pero cada uno somos nuestra propia luz y sombra.
Ser emocional y profundo coincidimos que es algo que no predomina pero lejos de preocuparnos, agradecemos a la vida por ponernos en el mismo camino de lucidez y luminosidad.
Te quiero y siempre te querré.

Martina Romá


9.12.17

Entrañable

Me asombro.
Me asombra que siempre me haya gustado la gente mayor. Me pregunto qué me llevaba cuando era una niña a valorar las cualidades de aquellos que parecían eternos. Me encantaban mis abuelos, siempre sospeché que yo era una de sus personas favoritas, aunque tengo la certeza de que ellos fueron unas de las mías. 
Hoy estaba en una oposición a cátedra y me he sorprendido al emocionarme al recordar. 
En ocasiones, en la vida suceden cosas extrañas. Esta fue una de ellas. Es presuntuoso por mi parte, quererme parecer a una persona excepcional, pero un familiar al que apenas conocí precedió un camino similar al que estoy tomando ahora. Nunca se me presionó para cumplir unas expectativas sobre esto en concreto, pero comencé a valorar el conocimiento y el crecimiento personal, lo que me llevó a esforzarme y priorizar en lo que yo consideraba importante. Así comenzó mi trayectoria laboral, con lo que parecían unas prácticas en la universidad, que luego se convirtieron en una plaza de investigador no doctor. Y quién sabe si en un futuro seré doctora o que me deparará el devenir de los años.
El caso es que comencé en un grupo de investigación con reputación, impacto, potencial y envidias por otras partes. Ahí conocí a grandes personas, también al padre de una amiga. Este señor comenzó su trayectoria profesional en el IMPIVA con el familiar que comentaba anteriormente. Se puede intuir la sorpresa, alegria y añoro que nos produjo a ambos ser partícipes de este círculo, este camino que parece circular pero que en realidad es infinito.
Hoy en la oposición de su cátedra le han hecho numerosas preguntas interesantes a la par que relevantes. Yo me quedo con su respuesta a:
-¿De qué publicación te sientes más orgulloso?
-De una que no ha tenido demasiado impacto, que escribí a finales de los 80 junto a Joaquín y Antonio (mi familiar).
La describió como la más emotiva. Pero realmente a mi lo que me emociona es el afianzamiento del recuerdo de quien estuvo y nunca se ha ido.
 
En realidad, la importancia es el valor que le damos a cada instante. Y yo estoy valorando este entrañable momento en gran medida.
Termina el acto. “Deja usted muy buen recuerdo”, manifiesta un miembro del jurado. Ojalá me digan eso alguna vez. Así. Como se le dice a quien ha aportado un valor extraordinario a la sociedad. Así. Con el corazón.

                                           Martina Romá