- También soy una gran embustera.
- La mayor que he conocido en mi vida.
Yo era un mago sin más aspiración que los pocos trucos que como ilusionista desempeñaba en la Vía del Corso. Jugaba con las palabras hasta conseguir lo que deseaba, pero ya se sabe que el deseo culmina con la posesión. Esto me impedía ser feliz. Y así pasaban mis días.
Recuerdo que aquella mañana estaba yo sentado en una plaza ejerciendo mi labor cuando la vi.
Tenía el cabello por la cintura y se contoneaba de un lado a otro atravesando las miradas de los más curiosos.
Dejé a un lado lo que estaba haciendo para dedicarle lo que mejor sabia: el don de la palabra.
Crucé con ella no más de cinco, pero Martina que así se llamaba, pudo entender que no era yo más que un ilusionista buscando un poco de ilusión.
Siempre había utilizado esta magia, la elocuencia, con el fin de persuadir: embaucar a mujeres, tener éxito en los negocios, ser el más alabado…
Llegando a creerme único en una sociedad banalizada. Pero sencillamente sin pretenderlo me había hecho completamente dependiente de la opinión de los demás, que solo me conocían por las pocas palabras que, aunque seleccionadas sin desdén, empleaba con todo aquel que me cruzaba.
Pero aquella vez era diferente, y lo comencé a saber con el paso de las semanas.
Era una mañana de domingo, y despertó con la luz entre las persianas pensando en comprar una cortina violeta para tener una luz rojiza en aquella ordenada habitación.
Estaba llena de fotografías antiguas y un póster de Audrey Hepburn y Gregory Peck justo encima de la cama repleta de mantas.
Martina tenía la cualidad de despertar de buen humor. Era extraño como afrontaba el día de la mejor manera, su lado más positivo le visitaba en ese momento y lo enfrentaba como una nueva aventura: dispuesta a luchar contra todo para conseguir lo que se propusiera.
Mientras se desvestía me contó que uno de los símbolos que más le identificaban era una brújula. Me pareció curioso su tatuaje en el costado que reflejaba un artilugio familiar. Entonces, dijo: muchas personas se dejan llevar por direcciones, sin saber que no hay una más correcta y exacta que donde tú quieras llegar.
Y comprendí el significado de aquella brújula, la de Jack Sparrow, la de una Martina ilusa, soñadora pero también ambiciosa.
De esta manera, descubría las sorpresas que guardaba esta chica.
Una parte de ella estaba repleta de esperanzas y sueños, y tenía un brillo que le hacía ser alguien especial. Irradiando magia como el mejor de los magos, algo que le hacía vivir los momentos más alucinantes con el control de su propia mente. Un hechicero que cambiaba el transcurso de algunas situaciones con un único conjuro: su buena actitud. Logrando en ocasiones ser escapista de las más arduas ataduras y cadenas imposibles de quebrar.
Así, yo pensaba que todo era seguridad y confianza en ella misma, pero a veces, en la oscuridad aparecían sus peores demonios, y su conducta hedonista se distinguía entre velas y suspiros. Y permanecía horas y horas entre los dos, en un mundo de tentaciones que ella misma provocaba con picardía envuelta en miradas y amplias sonrisas que denotaban que buscaba algo más que besos apresurados en terrazas con encanto incomparable al suyo.
Puede ser que la combinación de mis palabras y su control fuera lo que hiciera de nosotros que aquella fantasía lograra ser el más real de mis sueños.
Yo nunca había sentido que había algo que no podía conseguir. Pero ahí estaba ella, tan imprevisible, tan diferente, que en raras ocasiones podía adivinar que era lo que estaba pensando. Era una incógnita que solo dejaba resolverse por fascículos.
Y en esa situación me encontraba yo, un encantador de palabras. Jugando a un juego tan diferente, que me llevaba a cuestionarme todo lo anterior.
Sin saber aún quién iba a salir perdiendo, yo intentaba, como buen italiano, ser un buen amante con mis trucos, con aquella retórica que había dejado de ser un engaño para convertirse en una manera de expresar esta fantástica realidad.
Martina, que dulce podías llegar a ser con cada detalle. Con aquellos ojos verdes, que escondían además de el mejor de los tesoros, debilidades.
Si preguntabas por ella, solo hablaban de sus cualidades, de su independencia, de su libertad.
Pero con el paso del tiempo descubrí que era todo una máscara, tras la cual se escondían tantas inseguridades como las de cualquier ser humano.
Pero sin duda el día que más recuerdo ahora acostado en esta fría habitación es aquel que pasamos tomando una copa de vino en Piazza Navona, y me confesó que necesitaba el cambio que esta ciudad le había ofrecido.
Los momentos no se eligen, los momentos te eligen dijo con determinación cuando le pregunté si creía que Roma era el lugar adecuado para encontrar el amor.
Lo recuerdo tanto porque fue el principio. El principio del fin de toda cordura, de la locura, del tiempo como lo conocemos, ¿cual de los dos realismos era el realista?
No había sabido decirme si Roma era el lugar para el amor, pero sí me dijo que para encontrarse a uno mismo, y eso al fin y al cabo era, el primer paso para encontrar el amor.
Ah..precioso tu relato! Es la primera vez que leo algo tan extenso tuyo,y me gusta mucho como te mueves en narrativa.
ResponderEliminarMuchas gracias :)
EliminarNo suelo ser fan de los textos largos pero cuando son entretenidos no me importa...
ResponderEliminarMe encantó el detalle de la brújula, y la frase del final en la que nos hace querer saber más sobre Martina, su rumbo y sus miedos incontrolados.
Un beso y feliz 2015♥
Muchas gracias!!
EliminarLa verdad es que el detalle de la brújula es verídico! jaja
Ya veremos hacia donde derivan todos esos miedos y pasiones con el paso del tiempo.
Un beso :)
Un relato precioso. Me ha encantado lo de "un ilusionista en busca de ilusión", aunque con la ambientación en Vacaciones en Roma ya me has ganado...
ResponderEliminarFeliz 2015, ¡un beso!
Gracias Berenice!
EliminarA mi también me encanta la película, es todo un clásico, e ilustra muy bien esta ciudad tan bella :)
Un abrazo.
¡El relato es precioso! La verdad es que Roma tiene algo muy especial que hace que encuentres aspectos tuyos que desconocías.
ResponderEliminar¡Un beso y feliz año nuevo!
Muchas gracias N.
EliminarRoma es una de esas ciudades única por su historia, y toda la cultura que puede aportarte.
Creo que tienes razón y es un buen lugar para encontrarse, como en todos los lugares en los que has de cambiar lo establecido en tu vida
:)
un beso fuerte.
Precioso texto, me ha encantado :3
ResponderEliminarbesitos
Gracias Shine :)
EliminarGuau, me ha encantado lo de la brújula y "muchas personas se dejan llevar por direcciones, sin saber que no hay una más correcta y exacta que donde tú quieras llegar". Me lo apunto a fuego en mi conciencia para este próximo año que se avecina.
ResponderEliminarCazador cazado. Martina que no podía ser apresada, era sin embargo, la más deseada. Así funcionamos los humanos, jajaja.
Besos, y feliz comienzo del año ^^
Muchas gracias Elendilae!
EliminarLa verdad que a veces necesitamos de nuevas ideas para afrontar nuevas aventuras.
Un abrazo fuerte y gracias por comentar.
:)
Las ocasiones nos escogen o los amores o las desgracias... me hace reflexionar este mensaje tuyo.
ResponderEliminarFeliz Año Recien Estrenado, Martina!!
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias Ohma!!
EliminarReflexionar en torno a nuevos pensamientos siempre está bien :)
Un fuerte abrazo.
Que bonito el texto la verdad, me ha gustado muchisimo!!!! a mi me encanta Roma:)
ResponderEliminarGracias Kristalle!
EliminarRoma es una ciudad muy especial :)
Sensacional, me ha encantado.
ResponderEliminarEn cuanto a lo dicho creo que todo ocurre en el momento que debe ocurrir y sólo debemos ser pacientes.
Besos.
¡Muchas gracias!
EliminarEn cuanto esto, yo también pienso en ello algunas veces.
Otras decido que el destino lo creamos nosotros mismos y decido lanzar la primera piedra.
Son distintas maneras de actuar, que al final nos llevan a... vivir :)
un abrazo
Esa Martina que se levanta con la cabeza llena de sueños dispuestos y sonrisas, y con esa inspiración en Audrey Hepburn tiene que ser una persona encantandora, estoy seguro que quien la conozca estará feliz con esa suerte, con esa compañía enriquecedora y alegre que dibuja sus encuentros y sus citas en la Piazza Navona y que tal vez luego se sienta en una terraza de la casi contigua plaza del Panteón. Sí, encantadora, como Carla :)
ResponderEliminarUn abrazo
RH, ¡muchas gracias por el comentario!
EliminarMartina es una persona muy particular, pero lo cierto es que a Carla aún le queda un largo camino para parecerse a ella.
Tal vez lo consiga con el paso de los años, con las experiencias en las piazza romanas.
Un abrazo fuerte :)"
Que curiosidad, he escrito sobre magia últimamente, aunque nada tiene que ver con esta maravilla.
ResponderEliminarLo que más me ha llamado la atención es el don de Martina de despertar de buen humor.
Es curioso como el amor nos encuentra cuando menos lo esperamos.
Un trabajo fantástico, nunca dejes de hacer esto que haces.
Gracias por tus visitas.
Un abrazo lleno de cariño.
Venas de hielo en http://albordedetucama.blogspot.com.es/
M.
Muchas gracias M.
EliminarTus comentarios siempre me encantan. Me animan a continuar con esto...
Lo cierto es que la cualidad de Martina es una actitud, que muchos desearíamos tener, ¿no es así? jaja
Gracias de nuevo, y un abrazo muy fuerte bonita!
:)
Pd: Roma se merece una y mil visitas.
ResponderEliminarOh dios, que ciudad..
Llena de un encanto incomparable, sin duda.
EliminarQue lindo, ame la frase final. Espero encontrarme algún día para así encontrarlo.
ResponderEliminarY me da curiosidad Martina, ¿escribirás más sobre ella?
Beso
Gracias Camila! :)
EliminarPuede ser que sea un personaje que vaya evolucionando con el blog, pero tampoco lo tengo muy claro.
Un abrazo bella
Con el nombre de Martina ya me habías ganado, pero ¡qué bonita banda sonora para leer!
ResponderEliminarMe ha encantado esta historia, "Un ilusionista en busca de ilusión" y Roma, ¿qué más se puede pedir?
Encantada de encontrarte, Carla, y gracias por pasar por mi rincón ♥
Un besito!
Muchas gracias Alejandra!
EliminarMe alegro mucho de que te haya gustado el blog.
Encantada de conocerte también :)
Un abrazo fuerte
Pd: he dejado tu blog abierto para seguir escuchándote mientras hacía otras cosas, jaja, genial ♥
ResponderEliminar, eso está genial.
Eliminar(:
Muchas gracias por tu viisita!:3
ResponderEliminarGracias a ti :)
EliminarMUchas gracias por visitar mi blog, el tuyo tiene algo muy bonito, así que me quedaré
ResponderEliminarYo este verano espero poder pisar Roma por primera vez, aunque lo deseo desde hace mucho... No sé qué tal será mi visita, pero espero que muy buena :)
Gracias Astrid.
EliminarSeguro que será una experiencia fantástica :)
Roma-Amor, sin duda un buen lugar para encontrarse a uno mismo, y tal vez el Amor con mayúsculas.
ResponderEliminarEs que esa Piazza Nabona es... qué de recuerdos me evocaste.
Un beso, Martina Romá....
Le va como un guante el relato a tu nombre
;)
Una buena correlación la de Roma-Amor...
EliminarMe alegro de que el relato te haya hecho recordar, seguro que momentos buenos :)
Muchas gracias por el comentario, lo de Martina Romá, vino mucho antes de esta experiencia, pero es cierto que le va como un guante!
Un beso
Vacaciones en Roma...Mi favorita
ResponderEliminarPor cierto soy Pérfida
Un saludo coleguita
Encantada de tenerte por aquí, Perfida.
EliminarTambién es una película que me encanta.
Un saludo :)
Qué bonito!
ResponderEliminary la verdad es que después de haber vivido un año en Italia sí que voy a recordar esos lugares como mágicos.
Toda la razón Paula!
EliminarLa oportunidad de vivir un año fuera de el círculo normal es única.
Al igual que disfrutar de nuevos rincones, como por ejemplo italia
:)
un abrazo bellaaaa
De aquí salgo algo más enamorada de la esencia de la vida y del amor en estado puro. Me quedo con ciertas verdades como que "ninguna dirección es más correcta y exacta que donde tú quieras llegar"
ResponderEliminarUn abrazo muy muy grande y sigue así, ilusionándonos con estos pedacitos literarios.
¡Muchas gracias!
EliminarMe ha encantado el comentario, y que te haya gustado, por supuesto.
Intentaré seguir así.
Un abrazo muy fuerte
Maravillosa Martina, maravillosa Roma, Audrey Hepburn y Gregory Peck.
ResponderEliminarMaravilloso relato y por supuesto, maravillosa Carla.
¡Qué maravilla de comentario!
EliminarMuchísimas gracias Slomita.
Que ilusión que te haya gustado :)
¡Muy buenas, guapa! ♥
ResponderEliminarPrimero que nada he de decirte que muchísimas gracias por el hermoso comentario que dejaste en mi blog, me hizo mucha ilusión leerlo.
Y respecto a la entrada, ¡qué preciosidad! Es un placer entrar a este rinconcito tan adorable y encontrarme con palabras tan bonitas como estas. Y no es peloteo, eh, lo digo muy en serio: escribes de maravilla. Siempre que me dejo caer por aquí, me marcho con un sentimiento de motivación, con ganas de vivir el amor. También me encanta el gif de Audrey, es la guinda del pastel.
Un abrazo fuerte, que seas muy feliz. ^^
¡Muchas gracias bonita!
EliminarA mi también me encantan tus comentarios.
Y que te guste este rinconcito.
Me alegro de que produzca en ti un sentimiento de motivación y de vida, eso es el objetivo, ¡seguro!
Un abrazo muy fuerte mona
Es una genialidad, Martina.
ResponderEliminarYa lo había leído hace algunos días pero no tuve tiempo de pararme a comentarte. Tampoco hay mucho que decir, sólo que he disfrutado mucho leyendo :)
Parece que retratas a una persona mágica. Verdaderamente mágica.
Un besito.
Gracias Miss Carrousel.
EliminarLa verdad es que he intentando retratar a alguien casi perfecta, muy complicado llegar a se así!
Tan mágica como Martina.
Un fuerte abrazo :)
todo pasa cuando debe pasar ,ni antes ni depues
ResponderEliminarme encantoooo
besito te sigo
te espero por mi blog
eso crees?
EliminarConozco a muchas personas que piensan de esa manera.
Otras, sin embargo deciden crear su propio destino a través de situaciones.
Son diferentes actitudes, nadie tiene la respuesta ni la verdad absoluta así que todo está bien :)
Te visito :)
Me ha encantado la entrada y el blog!! Un besito, te sigo!
ResponderEliminarMuchas gracias PH :)
Eliminarhola guapa:) encontre tu blog por casulidad y me encanta. Me pasare muy a menudo por aqui y sin duda te sigo.Y por cierto el texto es precioso. Nos andamos viendo,un besazo
ResponderEliminarGracias Megan :)
EliminarMe pasaré por tu blog, un abrazo!
Roma y Audrey Hepburn, que mayor inspiración se puede pedir...
ResponderEliminarPor cierto soy Pérfida
Un saludo coleguita