29.6.16

Discurso de Graduación Colegio Esclavas

Buenas tardes a todos y a todas,

Que toda nuestra vida sea un continuo acción de gracias” Esta frase de Santa Rafaela me lleva a empezar con el sentimiento del agradecimiento. Ya que es uno de los sentimientos más poderosos que existen y estoy seguro que como representante de estos padres que estamos aquí, nos sentimos agradecidos de que nuestros hijos hayan llegado a esta etapa del camino.

Recuerdo los primeros días de colegio, con tres añitos, algunos recién cumplidos, cuando entrabais por la otra parte,  la parte de atrás, tan bonita: las palmeras, el paseo tan agradable, con la vegetación y vosotros tan pequeñitos, tan monos todos. Lo recuerdo con muchísimo cariño. Unos llegabais con las lágrimas en los ojos, otros con cara de expectación, otros con la incertidumbre de no saber que iba a pasar, pero todos cuando íbamos a por vosotros saltabais a nuestros brazos con la alegría del reencuentro y ahora estáis aquí, tan mayores y tan guapos. Es de mucho agradecer el esfuerzo para poneros tan bien vestidos y tan arreglados. La ocasión lo merece.

El tiempo pasa rápido, parece que fue ayer y ya habéis terminado esta primera etapa estudiantil. Esto es un final y un principio. Muchas veces en la vida nos encontramos con esta dicotomía. La alegría de empezar un nuevo camino, la alegría de crecer como estudiantes y como personas, la alegría de ver como vuestros conocimientos van aumentado, al igual que vuestras responsabilidades. Y la tristeza de dejar atrás esta etapa, una etapa donde se aúnan los sentimientos de la amistad, de los momento vividos, de las risas, de los éxitos y de muchas cosas geniales que os han sucedido a lo largo de este camino.  Quisiera felicitaros por haberlo conseguido. Hoy estamos aquí por vosotros, por y para vuestro futuro, que a la par es el nuestro, hoy los protagonistas sois vosotros, es vuestra fiesta, es vuestro momento.

También quiero tener unas palabras de agradecimiento para vosotros profesores y profesoras que los habéis acompañado hasta aquí. Mi admiración y mi respeto para cada uno. Estoy seguro que siempre habéis querido lo mejor para vuestros alumnos, los habéis querido enseñar, hacer de ellos las personas que son en este momento, hombres y mujeres de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús; siguiendo a  Santa Rafaela, una persona inspiradora que fomentaba los valores evangélicos, tan de moda, por cierto en este momento, como son: Justicia, Autoestima, Valor, Paz, Amistad, Compromiso e Igualdad.

            Para nosotros los padres y madres, gracias por depositar en ellos tanto esfuerzo, no siempre ha sido un camino fácil, pero lo hemos conseguido y aquí están. Disfrutamos aquí y ahora,  de su  felicidad. Felicidad compartida entre ellos y nosotros. El mejor regalo para una madre o para un padre es tener el orgullo de ver crecer a sus hijos e hijas y verlos caminar por la vida dando los pasos correctos, como el paso que ahora mismo están dando. Deciros, a vosotros nuestros hijos e hijas, que el trabajo no termina aquí, ya que estaremos siempre a vuestro lado para seguir dándoos nuestro apoyo incondicional, siempre estaremos junto a vosotros, no importa la edad que tengáis, ni el camino que recorráis, aquí nos tendréis, como siempre a vuestro lado.

Desde aquí y como padre, me gustaría deciros que seáis agradecidos, que recordéis como habéis llegado hasta aquí, daros un momento de reflexión y pensar quien os ha ayudado, quien se ha preocupado, aunque mejor, quien se ha ocupado, cuantos miedos habéis vencido, y cuanto os ha costado alcanzar esta meta, porque en definitiva quien ha llegado hasta aquí sois vosotros. Y ahora también quiero que os hagáis estas preguntas: ¿para qué estáis aquí? ¿para qué habéis llegado hasta donde habéis llegado?

Es increíble como cambia la vida de las personas cuando encontramos el para qué de nuestros esfuerzos, fracasos y éxitos. Como nuestros objetivos se ponen delante de nosotros y vemos que con esfuerzo, dedicación y coraje podemos alcanzar la meta que nos proponemos. Siempre hay que tener un meta a la que queremos llegar. Siempre hay que apuntar alto, porque sois capaces de todo.

Ahora empieza un largo camino para vosotros, un camino hacia el futuro y que se tiene que forjar en los momentos presentes. El presente es el tiempo en el que se vive, se ríe, se llora, se crece, se ama,… Una emoción que os ayudará a conseguir estas metas es, sin duda, la emoción de la pasión. Hacer las cosas con pasión os garantiza la felicidad en la vida, amad lo que hacéis y no tendréis que trabajar nunca.

Me gustaría que recordarais lo que ahora os voy a decir, y me gustaría que lo recordarais para toda la vida. Formáis parte del Colegio de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús. Y una parte importante de vuestra vida la habéis vivido aquí. Una  buena amiga mía dice siempre que me ve, y me encanta escucharlo, que los que hemos formado parte de este colegio somos personas diferentes. Que las Esclavas se lleva en el corazón allá donde vamos y que los demás perciben esa diferencia. Y no es más que la integración de los valores recibidos a través de los años que nos hemos ido educando aquí.
           
Decía Ghandi: “Se tú el cambio que quieres ver en el mundo” Y estoy seguro que con los conocimientos, junto con los valores adquiridos, hará que seáis el cambio que queréis ver en el mundo. Todo esto son piezas indispensables para construir una buena base donde asentar mujeres y hombres, porque el mundo os necesita a cada uno de vosotros, necesitamos que sigáis formándoos, que crezcáis más para que seáis la mejor versión de vosotros mismos.

Para terminar recojo una de las muchas frases que nos dejó Santa Rafaela: “Que me fije en lo importante y valore lo que tengo y lo ponga al servicio de los demás”. Para ella lo importante era el Amor. El Amor es el sentimiento más grande que podéis tener. Mientras haya Amor en vuestra vida, estaréis en el buen camino. Valorar lo que tenéis, es mirar hacia dentro y tener ese sentimiento de gratitud del que hemos hablado al principio. Valorar lo que tengo no son las cosas materiales, sino lo que somos y lo que queremos llegar a ser. Es valorar esas raíces en forma de valores que hagan de vosotros personas dignas de amar y de ser amados. Y solo así podréis poner al servicio de los demás estos valores. Valores inculcados y grabados en el Colegio de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús.
Sois el futuro, lo que vosotros soñéis, lo que vosotros queráis lograr será el mundo de mañana. Y soñar por soñar, porque no soñar con un hermoso mundo.


            Muchas felicidades y feliz camino


Escrito por mi madre, para mi hermano, Amor y agradecimiento. 

9.6.16

SinFin, emocionante


Siempre he visto la vida como un camino. Un camino en el que al girarte desde tu posición actual, puedes observar todo lo logrado hasta el momento, y si observas hacia delante ves todas tus ambiciones, propósitos y metas.
También me gusta la idea de que la vida es un libro, con distintos capítulos y etapas. Pasamos por cada una de ellas, y llegado el momento cerramos capítulo y comenzamos uno nuevo, nos reinventamos.
Así mismo, una vez leí la vida como la progresión de un río, que desemboca en el mar. Pasando por distintos tramos nos aventuramos en cada ramal, conociendo el final, la consumación.
Pero en estas tres metáforas, podemos hallar un punto en común: el punto de inflexión donde tomamos la decisión de cambiar.
Este año, para mí ha supuesto un cambio (de paradigma) de pensamiento, la voluntad de encontrar la felicidad interiormente, de interpretar las situaciones de la mejor forma, dar lo mejor de mí.
No resignarme en el conformismo y tener la voluntad de vivir: desde la vertiente más positiva.
Pienso que la Akademia ha sido una experiencia muy enriquecedora, en todos sus ámbitos. Los facilitadores, que han compartido con nosotros sus conocimientos y su ilusión por este proyecto.
Mi acompañante, Sonsoles, ha sido excepcional. Hemos creado una incipiente amistad: desde la admiración me inspira y me motiva.
Y además para mi algo clave en este proceso ha sido la diversidad de personas, experiencias, opiniones y realidades que se han aunado cada martes tarde.
Por eso en especial quería agradecer a cada uno de mis compañeros Paula, Manu, Jose, Pedro, Patri, Joan, Virginia, Iñaki, Nacho, Vicente, Carles, David, Neus, Laura, Lorena, Álvaro, Alfonso, Isa,…
Realmente me ha encantado conoceros.
También quiero en especial agradecer a los que han hecho posible que este aquí, Paz, Gonzalo y especialmente a Ana.

He aprendido muchas cosas este año, como que...

La vida es un cambio de miras. Algunas veces solo con cambiar de perspectiva, la percepción de nuestra realidad cambia. Prueba a subir al tejado de tu casa, prueba a ver el mar desde la otra parte de la playa. Prueba a sentarte al lado de tu perro para ver cómo se ven las cosas desde ahí bajo. Prueba a escalar alto y observar al mundo desde allá arriba. (Yo lo he probado y he llegado a dos conclusiones):
-La primera es que la realidad es distinta según desde donde la miremos: arriba, abajo. Ego, esencia. Incluso la realidad es distinta según quien la mire, por eso no hay dos personas iguales, y la diversidad de opiniones puede enriquecernos, obtener la virtud.
-La segunda cuestión es que en todas esas miras, desde todos los puntos y sus perspectivas hay algo que está siempre ahí: nosotros mismos. Y si hablo de nosotros mismos hablaré de querernos, de aceptarnos.

Por último me gustaría hacer mención a una persona muy importante que he conocido.
He conocido a alguien muy especial en la Akademia, nos conocíamos de antes pero ahora tenemos una relación mucho más estrecha, duradera y cercana.
 Me escucha activamente, me respeta, comparte conmigo gustos, aficiones, me ayuda, me agradece como soy. Me hace cuestionarme tantas cosas, tener curiosidad y no estarme quieta...
Alguna vez nos enfadamos, la parte racional y emocional no se ponen de acuerdo y no se comprenden.  Pero en aprender a gestionar eso consiste la vida, ¿no?

He conocido (o re-conocido) a alguien: soy yo

Martina Romá