Siempre he visto la vida como un camino. Un camino en el que
al girarte desde tu posición actual, puedes observar todo lo logrado hasta el
momento, y si observas hacia delante ves todas tus ambiciones, propósitos y
metas.
También me gusta la idea de que la vida es un libro, con
distintos capítulos y etapas. Pasamos por cada una de ellas, y llegado el
momento cerramos capítulo y comenzamos uno nuevo, nos reinventamos.
Así mismo, una vez leí la vida como la progresión de un río,
que desemboca en el mar. Pasando por distintos tramos nos aventuramos en cada
ramal, conociendo el final, la consumación.
Pero en estas tres metáforas, podemos hallar un punto en
común: el punto de inflexión donde tomamos la decisión de cambiar.
Este año, para mí ha supuesto un cambio (de paradigma) de
pensamiento, la voluntad de encontrar la felicidad interiormente, de
interpretar las situaciones de la mejor forma, dar lo mejor de mí.
No resignarme en el conformismo y tener la voluntad de vivir:
desde la vertiente más positiva.
Pienso que la Akademia ha sido una experiencia muy
enriquecedora, en todos sus ámbitos. Los facilitadores, que han compartido con
nosotros sus conocimientos y su ilusión por este proyecto.
Mi acompañante, Sonsoles, ha sido excepcional. Hemos creado
una incipiente amistad: desde la admiración me inspira y me motiva.
Y además para mi algo clave en este proceso ha sido la
diversidad de personas, experiencias, opiniones y realidades que se han aunado
cada martes tarde.
Por eso en especial quería agradecer a cada uno de mis
compañeros Paula, Manu, Jose, Pedro, Patri, Joan, Virginia, Iñaki, Nacho,
Vicente, Carles, David, Neus, Laura, Lorena, Álvaro, Alfonso, Isa,…
Realmente me ha encantado conoceros.
También quiero en especial agradecer a los que han hecho
posible que este aquí, Paz, Gonzalo y especialmente a Ana.
He aprendido muchas cosas este año, como que...
La vida es un cambio de miras. Algunas veces solo con cambiar
de perspectiva, la percepción de nuestra realidad cambia. Prueba a subir al
tejado de tu casa, prueba a ver el mar desde la otra parte de la playa. Prueba
a sentarte al lado de tu perro para ver cómo se ven las cosas desde ahí bajo.
Prueba a escalar alto y observar al mundo desde allá arriba. (Yo lo he probado
y he llegado a dos conclusiones):
-La primera es que la realidad es distinta según desde donde
la miremos: arriba, abajo. Ego, esencia. Incluso la realidad es distinta según
quien la mire, por eso no hay dos personas iguales, y la diversidad de
opiniones puede enriquecernos, obtener la virtud.
-La segunda cuestión es que en todas esas miras, desde todos
los puntos y sus perspectivas hay algo que está siempre ahí: nosotros mismos. Y
si hablo de nosotros mismos hablaré de querernos, de aceptarnos.
Por último me gustaría hacer mención a una persona muy
importante que he conocido.
He conocido a alguien muy especial en la Akademia, nos
conocíamos de antes pero ahora tenemos una relación mucho más estrecha,
duradera y cercana.
Me escucha activamente, me respeta, comparte
conmigo gustos, aficiones, me ayuda, me agradece como soy. Me hace cuestionarme
tantas cosas, tener curiosidad y no estarme quieta...
Alguna vez
nos enfadamos, la parte racional y emocional no se ponen de acuerdo y no se
comprenden. Pero en aprender a gestionar
eso consiste la vida, ¿no?
He conocido (o re-conocido) a alguien: soy yo
Martina Romá
Bien Martina! Qué energía desprende esta entrada,acompañada por la música más bonita! Me alegra mucho volver a leerte! besazos!
ResponderEliminarMe emocioné con el último párrafo... Ufff! Qué importante es conocerse (y re-conocerse)
ResponderEliminarando cerca tuyo buen texto
ResponderEliminarsabes? aprendemos cuando escribimos también \
ResponderEliminarCada texto es una lección de una clase Montessory
abrazos con luz