Buenas tardes a
todos y a todas,
“Que
toda nuestra vida sea un continuo acción de gracias” Esta frase de Santa
Rafaela me lleva a empezar con el sentimiento del agradecimiento. Ya que es uno
de los sentimientos más poderosos que existen y estoy seguro que como
representante de estos padres que estamos aquí, nos sentimos agradecidos de que
nuestros hijos hayan llegado a esta etapa del camino.
Recuerdo
los primeros días de colegio, con tres añitos, algunos recién cumplidos, cuando
entrabais por la otra parte, la parte de
atrás, tan bonita: las palmeras, el paseo tan agradable, con la vegetación y
vosotros tan pequeñitos, tan monos todos. Lo recuerdo con muchísimo cariño.
Unos llegabais con las lágrimas en los ojos, otros con cara de expectación,
otros con la incertidumbre de no saber que iba a pasar, pero todos cuando
íbamos a por vosotros saltabais a nuestros brazos con la alegría del
reencuentro y ahora estáis aquí, tan mayores y tan guapos. Es de mucho
agradecer el esfuerzo para poneros tan bien vestidos y tan arreglados. La
ocasión lo merece.
El
tiempo pasa rápido, parece que fue ayer y ya habéis terminado esta primera
etapa estudiantil. Esto es un final y un principio. Muchas veces en la vida nos
encontramos con esta dicotomía. La
alegría de empezar un nuevo camino, la alegría de crecer como estudiantes y
como personas, la alegría de ver como vuestros conocimientos van aumentado, al
igual que vuestras responsabilidades. Y la tristeza de dejar atrás esta etapa,
una etapa donde se aúnan los sentimientos de la amistad, de los momento
vividos, de las risas, de los éxitos y de muchas cosas geniales que os han
sucedido a lo largo de este camino. Quisiera
felicitaros por haberlo conseguido. Hoy estamos aquí por vosotros, por y para
vuestro futuro, que a la par es el nuestro, hoy los protagonistas sois
vosotros, es vuestra fiesta, es vuestro momento.
También
quiero tener unas palabras de agradecimiento para vosotros profesores y
profesoras que los habéis acompañado hasta aquí. Mi admiración y mi respeto
para cada uno. Estoy seguro que siempre habéis querido lo mejor para vuestros
alumnos, los habéis querido enseñar, hacer de ellos las personas que son en
este momento, hombres y mujeres de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús;
siguiendo a Santa Rafaela, una persona
inspiradora que fomentaba los valores evangélicos, tan de moda, por cierto en
este momento, como son: Justicia, Autoestima, Valor, Paz, Amistad, Compromiso e
Igualdad.
Para nosotros los padres y madres,
gracias por depositar en ellos tanto esfuerzo, no siempre ha sido un camino
fácil, pero lo hemos conseguido y aquí están. Disfrutamos aquí y ahora, de su felicidad. Felicidad compartida entre ellos y
nosotros. El mejor regalo para una madre o para un padre es tener el orgullo de
ver crecer a sus hijos e hijas y verlos caminar por la vida dando los pasos
correctos, como el paso que ahora mismo están dando. Deciros, a vosotros
nuestros hijos e hijas, que el trabajo no termina aquí, ya que estaremos
siempre a vuestro lado para seguir dándoos nuestro apoyo incondicional, siempre
estaremos junto a vosotros, no importa la edad que tengáis, ni el camino que
recorráis, aquí nos tendréis, como siempre a vuestro lado.
Desde
aquí y como padre, me gustaría deciros que seáis agradecidos, que recordéis
como habéis llegado hasta aquí, daros un momento de reflexión y pensar quien os
ha ayudado, quien se ha preocupado, aunque mejor, quien se ha ocupado, cuantos
miedos habéis vencido, y cuanto os ha costado alcanzar esta meta, porque en
definitiva quien ha llegado hasta aquí sois vosotros. Y ahora también quiero
que os hagáis estas preguntas: ¿para qué estáis aquí? ¿para qué habéis llegado
hasta donde habéis llegado?
Es
increíble como cambia la vida de las personas cuando encontramos el para qué de
nuestros esfuerzos, fracasos y éxitos. Como nuestros objetivos se ponen delante
de nosotros y vemos que con esfuerzo, dedicación y coraje podemos alcanzar la
meta que nos proponemos. Siempre hay que tener un meta a la que queremos
llegar. Siempre hay que apuntar alto, porque sois capaces de todo.
Ahora
empieza un largo camino para vosotros, un camino hacia el futuro y que se tiene
que forjar en los momentos presentes. El presente es el tiempo en el que se
vive, se ríe, se llora, se crece, se ama,… Una emoción que os ayudará a
conseguir estas metas es, sin duda, la emoción de la pasión. Hacer las cosas
con pasión os garantiza la felicidad en la vida, amad lo que hacéis y no
tendréis que trabajar nunca.
Me
gustaría que recordarais lo que ahora os voy a decir, y me gustaría que lo
recordarais para toda la vida. Formáis parte del Colegio de las Esclavas del
Sagrado Corazón de Jesús. Y una parte importante de vuestra vida la habéis
vivido aquí. Una buena amiga mía dice
siempre que me ve, y me encanta escucharlo, que los
que hemos formado parte de este colegio somos personas diferentes. Que las
Esclavas se lleva en el corazón allá donde vamos y que los demás perciben esa
diferencia. Y no es más que la integración de los valores recibidos a través de
los años que nos hemos ido educando aquí.
Decía
Ghandi: “Se tú el cambio que quieres ver en el mundo” Y estoy seguro que con
los conocimientos, junto con los valores adquiridos, hará que seáis el cambio
que queréis ver en el mundo. Todo esto son piezas indispensables para construir
una buena base donde asentar mujeres y hombres, porque el mundo os necesita a
cada uno de vosotros, necesitamos que sigáis formándoos, que crezcáis más para
que seáis la mejor versión de vosotros mismos.
Para
terminar recojo una de las muchas frases que nos dejó Santa Rafaela: “Que me
fije en lo importante y valore lo que tengo y lo ponga al servicio de los
demás”. Para ella lo importante era el Amor. El Amor es el sentimiento más
grande que podéis tener. Mientras haya Amor en vuestra vida, estaréis en el buen
camino. Valorar lo que tenéis, es mirar hacia dentro y tener ese sentimiento de
gratitud del que hemos hablado al principio. Valorar lo que tengo no son las
cosas materiales, sino lo que somos y lo que queremos llegar a ser. Es valorar
esas raíces en forma de valores que hagan de vosotros personas dignas de amar y
de ser amados. Y solo así podréis poner al servicio de los demás estos valores.
Valores inculcados y grabados en el Colegio de las Esclavas del Sagrado Corazón
de Jesús.
Sois
el futuro, lo que vosotros soñéis, lo que vosotros queráis lograr será el mundo
de mañana. Y soñar por soñar, porque no soñar con un hermoso mundo.
Muchas felicidades y feliz camino
Escrito por mi madre, para mi hermano, Amor y agradecimiento.
Pero qué preciosidad de carta! Me imagino la emoción! Precioso de verdad, y como soy madre también, entiendo cada una de esas palabras!
ResponderEliminar¡Hola, Martina! ♥
ResponderEliminarAntes que nada, he de decirte que es un auténtico placer regresar después de tanto tiempo a este precioso rinconcito y darme cuenta de que sigues publicando cosas tan fascinantes como estas con las que consigues arañarme el alma y ponerme los pelos de punta. Vaya carta más cargada de emociones, tienes una madre increíble...
Además, como me sigues aprovecho para decirte que he cambiado la dirección de mi antiguo blog porque me he pasado a Wordpress. Si quieres, puedes pasarte por mi blog donde he publicado una entrada en la que lo explico todo... Así que estás más que invitada a pasar por mi nuevo hogar (misspoessia.wordpress.com), si te pasas será un honor tenerte entre mis visitantes porque te considero una bloggera muy especial. Pero vamos, que si no quieres no pasa nada, yo no obligo a nadie y con haber entrado hoy aquí ya estoy más que satisfecha...
Un abrazo, espero que seas muy feliz :)