23.9.15

Sobre despedidas


No sabía porque hablaban en italiano si lo que les unía era un idioma mucho más bonito.
Se miraban, le acariciaba y le llenaba de amor. Por que lo suyo era así; no necesitaban grandes cosas y aquello le completaba.
Recordó el buen día que decidió evitar las expectativas y dió rienda suelta a vivir lo que estaba ocurriendo en realidad y no lo esperado.
Comenzó a sentir por otras personas y la vida le sorprendió.
Fue gratificante el momento en el que tomó aquella iniciativa, a la vista insignificante, pero sorprendentemente la respuesta fue tan positiva que no pudo evitar el gran salto que es el enamoramiento.


Ese punto en que piensas que tu vida puede ser tan increíblemente inesperada que disfrutas con ese no saber qué te va a deparar.
Y alguien le hacía sentir vivo, joven, lleno de experiencias por vivir, de recuerdos que fabricar.
En ese momento sonaba Mrs Robinson, y Martina supo que aquella sonrisa ya había quedado guardada como uno de los mejores recuerdos de ese mágico año.
Lo único que deseaba era eternificar ese instante y que nada terminara.
Pero sabía que eso nunca había sido más imposible, y tal vez por ello lo deseara con tanta fuerza.



Martina Romá.